Herrera de Soria

Soy un niño. Relato corto.

Soy un niño…

Ya es Navidad. Otro año más, por fin, viaje al pueblo, seis horas desde la ciudad, pero que diantres, que lleguen pronto. A casa de los abuelos…

Una noche cualquiera, mientras la abuela prepara la cena, el abuelo atiza la leña, no sea que se apague el fuego, que las noches sorianas todos saben que son algo “frescas”.

Intento entretenerme con cualquier cosa, un palo, una caja, los juguetes de madera que aun perduran por la casa. Poco mas puede hacer un niño cuando ya no le dejan salir a la calle. Mientras, los mayores discuten, bueno, ellos dicen que hablan, yo creo que discuten … Que si las suertes, que si los árboles, que si la leña…vaya jaleo, no entiendo nada…quizás no importe mucho que un niño no entienda a los mayores, pero por si acaso presto algo de atención. Total, jugar con un palo tampoco es tan divertido como para no poder dejarlo para otro rato…es un palo.

Bueno, parece que se calma la cosa. Ha aparecido la abuela, ¡Qué mujer!, con dos palabras ha zanjado la discusión: -A cenar…- Nadie cocina como la abuela, en eso todos estamos de acuerdo. -A la cama….- Vaya, como manda esta mujer. Y todos a la cama.

Amanece que no es poco… (Como diría aquel). Entra el sol por la ventana, todos arriba… Desayuno y a la calle. -Pero que frío-. Con el sol que hace. -Anda tontorrón- me dice la abuela.

-Entra en casa y abrígate bien-. Si es que es la mujer que más sabe del mundo, será por eso que la quiero tanto, bueno, por eso y porque es mi abuela.

Bien, nos vamos de excursión…montados en el carrillo del abuelo tirado por la mula Pirula; Realmente la mula nunca ha tenido nombre, todo el mundo le dice “la mula”, pero a mi siempre me ha parecido más divertido ponerle un nombre. Bueno, nunca se lo preguntado a la mula…no me suele poner mala cara nunca…cara de mula como mucho. Ya llegamos…-La próxima vez en coche por favor…tengo frío. –Pero la aventura es la aventura. – Vaya, así que esto es…-Es lo que tiene prestar atención, aquí están las discutidas “suertes”. Pues no parece un motivo de discusión…sobre todo viendo el precioso paraje. Incluso se ve el pueblo a lo lejos. Bonito sitio. Quizás vuelva por aquí algún día con la bicicleta…Bueno, si me dejan y si recuerdo como se llega hasta aquí, porque la verdad es que he venido todo el camino con los ojos congelados, cerrados. Echaré migas de pan a la vuelta como hizo el niño aquel del cuento que me contaba mi padre, cuando me acostaba. Si al él le resultó, seguro que a mi también. No sé, la verdad es que nunca he conseguido escuchar el cuento entero…

Y qué hacemos aquí me pregunto yo. Fácil respuesta. El abuelo y papá han empezado a cortar los árboles. Uf, que pena. Con los bonitos que son. Pero claro, es lo que tiene tener que calentar la casa. Además, se limpia el monte. Eso dicen ellos.

Acaban las fiestas y cargados de recuerdos, vuelta  a la ciudad.

Pasan los años. Pasa la vida.

Los mayores, bueno, mis mayores,  hace tiempo que me dejaron, y el niño ha crecido, lo justo, pero ha crecido. -Oye, me voy para el pueblo-. La verdad es que hacía tiempo que no volvía. Ya no queda familia que visitar. La casa como siempre. Con algo más de polvo, claro..

-Me voy a dar un paseo-. Bonito pueblo. Cada vez hay menos gente, pero los que hay, me tratan como uno más. No parezco un forastero. Llego a la plaza. Vaya calor que hace. Hombre, reunión de pastores…válgame la expresión. Los hombres del pueblo sentados a la sombra del viejo y centenario olmo. Cuantas conversaciones habrá contemplado. Cuantas decisiones importantes se habrán llevado a cabo gracias a su sombra y a los poyatos de cemento colocados a sus pies. “La Moncloa” lo llamamos los foráneos, para otros, es simplemente el viejo olmo. Me siento al lado. Siempre me han parecido interesantes sus conversaciones. Todos diciendo cosas diferentes, pero todos teniendo “su” razón.

-¿Montes de socios? ¿Suertes?-Eso me suena.- ¿Cómo? ¿Qué mi abuelo tenía?-Sí, creo que sí. -¿Qué se las pasó a mi padre? -No sé. -¿Qué ahora las he heredado yo?-Estos me vacilan. Pero si hacía años que no venía por aquí. Pues nada, voy a ver si me informo-. -Adiós amigos. Adiós-.

Aquí estoy de nuevo en mi monte. Recuerdo que dejé migas de pan para no olvidar el camino. He conseguido volver. Lo recordaba algo más limpio. Y que sensación más rara, sólo se oye el silencio. Vuelvo a casa con la promesa guardada en mi mente de que volveré.

Nos mudamos. Mujer e hijos todos al pueblo. ¿Por qué? No es fácil de explicar. Puedes salir de tu pueblo, pero tu pueblo nunca sale de ti…

Un pedacito de monte. Un pedacito de mi historia. Va por ti, abuelo.

                                                                                                                          José Luna Llena

Constituida la Junta Gestora del monte «Pinar» de Herrera de Soria

Hoy, 5 de junio de 2007, ha quedado formalmente constituida la Junta Gestora del monte «Pinar» de Herrera de Soria.

En un solemne acto presidido por el Director General del Medio Natural de la Junta de Castilla y León, D. Mariano Torre Antón, así como por el Delegado Territorial de la Junta de Castilla y León en Soria, por el alcalde del Ayuntamiento de Herrera y por el Presidente de la Asociación Forestal de Soria, ha quedado formalmente conformada la que es la primera Junta Gestora de Castilla y León.

Con su constitución, los condueños se han dotado de un órgano legitimado para ostentar la representación y gestión de la propia comunidad titular del monte, aun cuando en la misma existan copropietarios desconocidos o muchos de ellos se encuentren desplazados.

La Junta Gestora hoy constituida también tiene competencias para autorizar los actos de administración ordinaria y extraordinaria que mejor convengan a los intereses comunes, lo que incluye la gestión y el disfrute del monte y de todos sus productos, así como la enajenación de toda clase de aprovechamientos forestales, energéticos y mineros. Así mismo, podrá realizar contratos con cualquier tipo de persona física o jurídica, incluida la Administración, salvaguardando siempre los derechos de todos los copropietarios.

Los propietarios que han podido acreditar documentalmente su identidad para habilitar el proceso han sido once, de los cuales, por motivos personales sólo 5 han podido asistir al acto de constitución de la Junta Gestora.

No obstante, en la actualidad han conseguido identificar a 421 condueños del monte que representan un 73% de la propiedad. De ellos, 82 personas, se integrarán en el plazo más breve posible en la Junta Gestora, y otros 51 lo harán una vez subsanen la documentación requerida para poder formar parte de dicha Junta Gestora.


El monte «Pinar» se encuentra íntegramente ubicado en el término municipal de Herrera de Soria, así como en el Parque Natural del Cañón del Río Lobos. Cuenta con una superficie de 1.364 hectáreas y goza de un importante valor medioambiental, tanto por la fauna como por la flora que sustenta, habiendo sido declarado Lugar de Interés Comunitario (LIC) y ZEPA (Zona de Especial Protección para Aves).

El monte, en su origen perteneciente a los propios del ayuntamiento de Herrera de Soria, fue declarado en estado de venta por las leyes desamortizadoras de bienes y derechos reales pertenecientes al Estado y Expropiaciones Civiles de la Nación, instruyéndose el oportuno expediente para la enajenación de la finca.

Así, el monte fue ofrecido en pública subasta en el Boletín Oficial de Ventas de Bienes Nacionales de la provincia de Soria con número 990, correspondiente al 21 de febrero del año 1.905, con un precio de salida de 117.356 ptas.

La subasta se produjo el día dieciocho de abril del año 1.905 a las doce en punto de la mañana de forma simultánea en el Palacio de los Tribunales de Justicia de Madrid y en los Juzgados del Burgo de Osma y de la Ciudad de Soria.

La finca quedó rematada en la Ciudad de Soria por D. José Ortego Gómez, vecino del pueblo de Herrera, quien resultó el mejor postor al ofrecer la cantidad de 135.001 pesetas, pagaderas en cinco plazos y en metálico, con arreglo a la Ley de 30 de junio de 1896, cantidades que se hicieron efectivas por este rematante en el Banco de España.

D. José Ortego Gómez acudió  a la subasta en su propio nombre y en representación de otros 43 vecinos más del pueblo de Herrera de Soria, quienes, por considerarlo necesario para sus economías locales, y a pesar del importante desembolso económico que su compra suponía, decidieron adquirir de forma alícuota el referido monte Pinar.

En base a este acuerdo, el referido Don José Ortego Gómez, usando el derecho que la Ley le concedía, el 7 de octubre de 1.905 pasó a ceder el monte a sus 43 convecinos, reservándose una parte para sí, mediante escritura pública suscrita ante notario, por lo que el monte pasó a pertenecer de forma legal al proindiviso formado por estas 44 personas, quedando así reflejado en el Registro de la Propiedad.

Se trata de un monte tremendamente representativo de la realidad acontecida en España durante los procesos desamortizadores entre finales del siglo XIX y principios del XX. Los habitantes del pueblo, quienes venían disfrutando de los pastos, leñas y maderas del monte de forma gratuita por su condición de vecinos de la localidad, merced a las políticas desamortizadoras quedaron desprovistos de este tipo de recursos, viéndose obligados a realizar importantísimos desembolsos económicos para comprar aquello que durante siglos había sido suyo, esfuerzos que durante años trastocaron de forma importante las economías familiares, en muchos casos al tener que pedir préstamos para poder aportar la cuota de compra.

Ciertamente se trató de un acto que conjugó un apego extremo con el monte y con el pueblo, junto con la necesidad de disponer de terrenos desde los que desarrollar las tradicionales actividades silvopastorales.

Desde ese año 1.905 y hasta hoy, documentalmente poco ha cambiado, ya que todavía sigue vigente la inscripción originaria del año 1.905 a favor de esos 44 compradores. Esta falta de actualización documental, así como la dispersión geográfica de los condueños, imposibilitaba a los condueños adoptar decisiones de una forma legítima.

Queremos felicitar a todos los condueños del monte «Pinar» de Herrera de Soria por el paso dado en el día de hoy. Deseamos que sea el primero de otros muchos más que contribuyan a una mejor conservación del monte y a un desarrollo del pueblo.